Entrevistamos a Mercedes Ruíz, directora de la consultora Aestivum y socia de la AETC
AETC: En medio de la crisis de Ucrania, ¿hasta qué punto se encuentra comprometido el suministro de cereales durante los próximos meses en España? ¿Se puede llegar a una situación de desabastecimiento?
MR: En España somos fuertemente dependientes de la importación de cereales, aunque tengamos, como es el caso de esta campaña, una muy buena cosecha de cereal nacional que el mercado cifra en más de 24 Mt. Este año, sin embargo, con el retraso de las llegadas de cereal de importación, dadas las lluvias que supusieron una cosecha más tardía de trigo en Francia y con una exportación más lenta de maíz ucraniano que dejaron secar al máximo en campo, se tuvo que consumir el cereal nacional a un ritmo más alto de lo habitual.
Por ello, nuestras necesidades de importación se acumulan para esta segunda parte de la campaña (enero-junio del 2022). Esto hace que necesitemos que las importaciones sigan a un buen ritmo, con una dependencia además fuerte de las importaciones de maíz y del maíz ucraniano, que en un año normal es el principal origen para nosotros y un 40% de nuestras importaciones totales. Es muy importante resaltar además que Ucrania es el primer origen de maíz no OGM a nivel mundial, esencial para el consumo en alimentación humana en la UE y de algunos piensos (petfoods…). Afortunadamente, los importadores, con el temor a que se pudiera llegar a la guerra, trajeron el maíz de Ucrania a buen ritmo durante el primer trimestre del año, con unos stocks en los puertos que nos garantizaban suministro hasta abril. Al estallar la guerra toda la cadena de suministro comenzó a trabajar para garantizar unas importaciones fluidas de maíz de EEUU y de Argentina (algo todavía en curso para el maíz argentino ya que los límites de pesticidas permitidos en Aduana todavía no son suficientemente altos). Esperamos, por lo tanto, que el maíz pueda seguir entrando en España, para garantizar un abastecimiento tranquilo.
AETC: ¿Qué variaciones de precios ha experimentado el sector en las últimas semanas? ¿Seguirá esta tendencia al alza durante mucho tiempo?
MR: Los mercados, al cortarse en seco el flujo ucraniano de maíz, trigo, aceite y harina de girasol (Ucrania es el principal origen de los derivados del girasol mundial), han tenido que irse a otros orígenes (EEUU en caso del maíz) y a otros productos (aceite de oliva, soja y palma y harina de soja y colza) trayendo una demanda adicional a otros mercados. Es el caso también del trigo de la UE que toma más importancia aún como exportador, haciendo subir fuertemente nuestros precios con unos balances ya antes ajustados de cereal. Esto tensiona en extremo los mercados y ha hecho subir los precios de cereales más de 100 eur/tm, a niveles no antes vistos en la historia, para cerrar el mes de marzo unos 80 euros por encima de lo que cerraron febrero. Pensamos que los precios van a permanecer en rangos altos mientras los problemas de suministro de Ucrania no se arreglen, algo que no ocurrirá en los próximos meses, con los puertos llenos de minas, carreteras destrozadas, falta de gasoil….
AETC: En ese sentido, ¿cómo afectará este hecho a los mercados?
MR: Esto hace que los márgenes sean insostenibles para toda la cadena de valor, y que sea imposible no repercutir la subida (también de la energía) en el consumidor final, y nos lleva a un alza de la inflación que en España cierra este mes en un 9,8%. Los ganaderos, ya que el incremento del precio de la carne no ha llevado el mismo ritmo, están sufriendo mucho, y vemos cierta bajada de consumos para pienso: una regularización de la demanda vía precio. Tenemos que estar muy pendientes de cómo se regula la oferta y la demanda en este mercado con Ucrania fuera de juego por el momento.
AETC: ¿Es complicado el reemplazo de cereales procedentes de Ucrania por otros países productores?
MR: El agujero que deja Ucrania en el mercado es difícil de reemplazar, y más que lo será si se extiende el conflicto. Ya se habla de una afectación que puede ser importante a las siembras de primavera (maíz, girasol, cebada de primavera) que podrían reducirse en un 30%, y la cosecha de trigo ahora en verano se podría ver mermada también, por no haber podido recibir los cuidados apropiados y posteriormente en su recolección. Con lo cual, es un problema de una gran magnitud, que se puede extender hasta final de año, en cuanto a poder retomar las exportaciones a un ritmo normal en caso de pararse ahora el conflicto, y por ello, la presión sobre otros orígenes- EEUU y Brasil para maíz, la UE para exportar trigo, otros aceites y harinas para reemplazar el girasol, es enorme y requiere que este año, más que nunca, las cosechas de fuera de Ucrania vengan bien. También sería magnifico tener una buena cosecha española para tener que importar menos cereal. El impacto de las menores siembras de primavera en Ucrania y la menor disponibilidad de materias primas para la exportación, lo sufriremos durante toda la campaña 22/23 e incluso en la 23/24 al producirse también menos semilla de siembra.