Entrevistamos a Francisco Márquez, vocal de la Asociación Española de Técnicos Cerealistas (AETC) e investigador del GI AGR 126 “Mecanización y Tecnología Rural” y responsable de la Finca Experimental de Rabanales de la Universidad de Córdoba (UCO).
Márquez, doctor ingeniero agrónomo por la UCO, ha sido coordinador técnico del Grupo Operativo supraautonómico Innovatrigo en el que participó la AETC como miembro representante ante la administración.
AETC.- El pasado 1 de septiembre finalizó el plazo de ejecución del G.O. supraautonómico Innovatrigo. Como coordinador técnico del Grupo, ¿qué resultados considera más destacables?
FM.- Como resultado más destacable tomaría la integración conseguida por todos los participantes de la cadena de producción de trigo para conseguir no sólo mejorar la rentabilidad económica de este cultivo sino también su sostenibilidad ambiental y adaptación frente al cambio climático. Se ha demostrado como a través de la implantación de Buenas Practicas Agrarias (BPAs) en el cultivo de trigo se puede ligeramente mejorar las producciones que se incrementaron en un 3,6% de media. Reduciendo los costes de cultivo y finalmente incrementado el beneficio bruto para los agricultores, que se vio aumentado en un 31,7% (75 €/ha).
Finalmente, las emisiones de carbono a la atmósfera se redujeron de manera muy importante, un 22,5%. Estos resultados también han permitido desarrollar un protocolo de certificación de trigo bajo en emisiones, que ayuda a posicionar su producto a aquellos agricultores que llevan a cabo estas BPAs a la par que consiguen un incremento de precio del mismo al poder la industria transformadora comercializar productos con un mayor valor añadido.
AETC.- En vista de los buenos resultados del proyecto, sería interesante continuar con este modelo que responde a las demandas del consumidor actual en términos de sostenibilidad e innovación. ¿Qué pasos tendrían que darse para implementarlo?
FM.- Actualmente, desde nuestro punto de vista el paso más importante es articular una estructura que permita interconectar a los productores y la cadena transformadora, favoreciendo obtener el máximo rendimiento del sello de calidad desarrollado y asegurando la trazabilidad del producto y que toda la cadena productora pueda obtener un retorno económico del sello de Trigo Bajo en Emisiones.
AETC.- Tras la exitosa experiencia de Innovatrigo, ¿considera interesante la participación de la asociación en nuevos grupos operativos o proyectos de este tipo? ¿Qué puede aportar la AETC en proyectos de esta naturaleza?
FM.- Por supuesto, los grupos operativos es una oportunidad muy interesante para relacionar a productores con empresas y centros de investigación, y ahí la AETC como representante de toda la cadena de producción de cereal se erige como una bisagra para fomentar todas estas relaciones y promover soluciones y alternativas desde una visión holística que lo proporciona su transversalidad dentro de la cadena.